21 febrero 2007

Reto Cuentista Febrero 2006

En el foro de Sedice hay un juego que se llama el reto cuentista. Consiste en que a partir de cierto número de palabras que se dan hay que construir un cuento. Yo he escrito dos y os los dejo a continuación junto con las palabras que debían ser incluidas:

noche/fuerza/resistencia/piruleta/astrolabio

El viejo vigilante nocturno del museo marítimo iniciaba su ronda con su parsimonia acostumbrada. La pequeña linterna iluminaba fugazmente las gigantescas reproducciones de antiguas batallas navales sujetas en las paredes mientras avanzaba por los pasillos. Se dirigió a la sala de instrumentos, donde se apilaban en las estanterías cientos de aparatos mecánicos usados por los marinos a lo largo de la historia. Una vez allí vio algo que lo sobresaltó.
Subido sobre un taburete había un niño de no mas de diez años. Tenía puesto lo que parecía el camisón de un hospital y estaba descalzo. El niño estaba mirando fijamente un antiguo astrolabio dorado mientras jugueteaba con un palo metido en su boca.
El viejo estaba a punto de hablarle cuando notó que el astrolabio estaba flotando en el aire y girando sobre sí mismo. Se quedó inmóvil mirando el increíble suceso y entonces la linterna resbaló de entre sus dedos y chocó contra el suelo. El niño giró la cabeza y fijó su atención en el vigilante. En ese momento el astrolabio se estrelló contra la pared, rompiendose en pedazos.
El viejo no podía dejar de mirar a los ojos del niño. Esos puntos verdes le observaban con una furia como jamás había presenciado. Notó entonces como una fuerza le oprimía el pecho. La presión fue en aumento y cada vez le costaba más respirar. La resistencia de sus viejas costillas no era suficiente y se astillaron. Los puntos verdes seguían fijos en él. Un hilo de sangre comenzó a brotar de su boca mientras sentía como se axfisiaba.

A la mañana siguiente, el bedel del museo se encontró el cadáver del viejo vigilante en la sala de los instrumentos. Junto al cuerpo había una piruleta semiderretida pegada al suelo.

noche/fuerza/resistencia/piruleta/astrolabio/elefante/tango/té

El periodista llamó tímidamente a la puerta de la doctora Chiang. Otra vez llegaba tarde y conocía la aversión que tenía la científica contra la impuntualidad.

La puerta se abrió y unos ojos orientales le miraron con reproche. Con una mano le estaba señalando un reloj de péndulo situado al final del pasillo.
- Por todos los santos John, tenía usted que llegar tarde precisamente un día como hoy.
- Discúlpeme, doctora Chiang. El tráfico a esta hora está imposible...

La científica invitó a entrar al periodista y lo llevó hasta su despacho. John no pudo evitar fijarse en el nerviosismo de la astrofísica. Se la veía muy inquieta y estaba mordiendo ferozmente una piruleta. Cuando entraron en la habitación una pequeña exclamación de sorpresa salió de la boca del joven.
El despacho estaba completamente desordenado. Daba la impresión de que alguien hubiese entrado a robar. Los chismes que solían adornar las estanterías se encontraban esparcidos por el suelo y había papeles por todas partes. Sobre la alfombra se veían una colección de elefantitos de marfil junto a un montón de viejas monedas. Sobre un taburete yacían un antiguo astrolabio con la marca de un golpe reciente y un reloj de pared astillado.
- Disculpe el desorden, John. – Dijo la doctora – Esta mañana estuve buscando unas cosas viejas y no sabía donde las tenía. Haga el favor de sentarse.

El sofá del despacho se encontraba cubierto de álbumes de fotografías y de papeles. John cogió un montón con la mano y pudo ver que se trataban de partíturas de tangos para piano. Los colocó sobre un atril de madera que estaba sobre la mesa y se acomodó como pudo.
- ¿Le apetece un té?
- Oh, no muchas gracias.

La científica comenzó a amontonar los libros que estaban sobre la mesa mientras chupaba ferozmente su caramelo.
- Todavía tiene ganas de fumar, ¿verdad? – Le dijo el joven con una sonrisa.
- ¿Que?...¡Ah!, Lo dice por esto...Es ridículo ¿no le parece? A mi edad y con golosinas...Sinceramente, esta tarde podría fumarme un cartón entero, total tanto da...

Al periodista le sonaron extrañas estas últimas palabras. Sintió ganas de hacerle una pregunta, pero decidió ir directamente al asunto que lo había llevado hasta allí.
-Doctora Chiang, respecto a la conferencia de mañana...
-¡Olvide la estúpida conferencia! Le voy a dar la portada de su vida, John. ¿Ha oído hablar de la supernova de Magallanes?
- ¿La supernova...?
- En 1987 se pudo observar desde el hemisferio sur la explosión de una supernova en la galaxia conocida como Gran Nube de Magallanes. Por espacio de unos días una estrella aumento su intensidad diez mil veces y se hizo tan brillante que tapaba el brillo de toda la galaxia. Las supernovas son explosiones dantescas que sueltan al espacio chorros de neutrinos superenergéticos y material estelar.
- Sé lo que es una supernova, doctora, pero no veo que...
- Espere, que hay más. – Le acercó una taza de té caliente y el periodista la cogió casi sin pensar. – Hace diez años dirigí una investigación sobre el suceso y hallamos que dicha supernova había fragmentado el contínuo espacio-tiempo allí donde se había producido. Parte de los chorros de neutrinos escaparon por esa fractura. Según las mediciones, la dirección que tomaron es precisamente hacia nuestro sistema solar.
- Pero...las Nubes de Magallanes se encuentran a más de cien mil años luz. No veo ninguna...
- Tiene usted razón. El problema está en que al atravesar el agujero negro pueden recorrer enormes distancias en muy poco tiempo, como si superasen la velocidad de la luz.
John comenzó a ponerse nervioso.
-¿No estará insinuando que el planeta está en peligro, verdad?
-Oh, no sea usted ingenuo. Las dimensiones de la tierra son muy pequeñas comparadas con el sistema solar. Sería parecido a darle a una pelota de golf situada en el cesped con una manguera desde las gradas de un estadio de fútbol.
- Entonces podemos respirar tranquilos. Por un momento me había asustado...
- Otra cosa distinta es el sol. Al ser el objeto de mayor tamaño y poseer el 98% de la masa del sistema, su campo gravitatorio atraerá al chorro. La fuerza del choque será de dimensiones inimaginables y según mis cálculos no es posible que la estrella resista. Simplemente se apagará.
Un choro frío de sudor recorrió la nuca de John.
- ¿Y cuando cree usted que ocurrirá eso?
- Ya ha ocurrido, querido amigo. Hace escasos minutos, precisamente cuando le serví esa taza de té.
- Pero ¿que dice? ¿No ve que es de día? El sol está ahí fuera, brillando como siempre.
- Pero John, olvida usted que su luz tarda ocho minutos en llegar hasta nosotros. Espere y verá.

Y de pronto llegó la noche.



Espero vuestro comentarios (no seais muy duros, please)

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Bueno Naidleim, lo dicho, que me gusta mucho tu blog. Sobre los cuentos, bueno, es que has tocado mi punto debil, las historias cortas como esas, un poco de miedo y ciencia ficcion me encantan asi que como no me van a gustar.
Saludos.

orion_rigel dijo...

Hola naid

En el primer cuento, el niño ¿es un fantasma? ¿o quizás se ha escapado de un centro de investigación, estilo AKIRA? No me dejes con la duda...

El segundo me ha gustado mucho. Tiene un aire a los relatos cortos de Asimov de los años 50...

Saludos

naidleim dijo...

Manuelito: Gracias por la visita y los comentarios guapetón. A mí también me gustan las hirtorias de ciencia ficción y miedo, debo ser un poco friki (jijiji)

Un besazo

Orion: El niño...misterio, misterio ¿a tí que te parece?

Me ha llegado al alma eso de que te ha recordado a Asimov, uno de mis autores favoritos (imagínate, antes solía usar mucho el nick de Susan Calvin)

Besos, hermoso