15 noviembre 2007

Alicante, Alicante (cuatro)

Al día siguiente Carolina se levantó especialmente excitada. Hacía tiempo que no la veía tan contenta, sobre todo teniendo en cuenta que había pasado una mala época recientemente por culpa de una historia un poco confusa con un chico con el que salía.

Por mi parte, he de reconocer que había empezado ha pensar en lo que podía ocurrir con Alfredo. Lo cierto era que el niño me gustaba y la otra noche había disfrutado mucho bailando con él. Así que era lógico que comenzara a hacer cábalas sobre lo que podría ocurrir aquel día. Sinceramente, estaba un poquito ilusionada.

Llegamos al puerto a media mañana y los chicos ya estaban allí esperándonos. Alfredo llevaba una camiseta de basket que dejaba ver un par de brazos morenos y muy bien formados (yum, yum). Recuerdo que en ese momento pensé que iba a tener muy buena vista a lo largo del día, independientemente de los paisajes de la isla, ji ji ji.

Levemente el dorso de su mano perfiló el círculo de la copa de mi prenda íntima. Siempre es una sensación sobrecogedora notar el tacto de otro en esa parte de mi cuerpo. Dejé escapar un breve gemido de calor. Entonces deslizó su mano hacia mi ombligo y jugeteó con él. Me vino la idea de pronto de que debería de ponerme un piercing ahí. Peró enseguida volví a concentrar mi pensamiento en abrazarle y besarle.

El barco tardó una hora en dejarnos en la isla. Una vez allí dedicamos el resto de la mañana en visitarla, y así dimos un paseo por el pueblo y entramos en la iglesia. Había muchísimos turistas, tanto españoles como extranjeros y la verdad es que era un incordio, porque todas las esquinas de la isla estaban llenas de gente.

Cuando llegó la hora de comer los chicos nos llevaron a un restaurante para que probásemos el plato estrella de Tabarca, el "caldero". Tuvimos que esperar un buen rato hasta que nos dieron mesa, y eso que fuimos tempranito. Pero la espera mereció la pena. Siempre me ha gustado probar platos nuevos y sé que esa aficción me llevará algun día a ponerme como una foca...

Después de comer y de terminar la visita al pueblo fuimos a bañarnos. La isla tiene unas preciosas aguas cristalinas, y como estábamos en el Mediterráneo la temperatura del agua era excelente. Aunque según Carolina, estaba fresca. Le dije a mi amiga que debería probar algún día las aguas del Cantábrico, para que supiese realmente qué es el agua fría.

Alfredo tuvo la genial idea de traer unas gafas de buceo. Yo sé nadar, pero sobre todo en piscinas, así que no suelo separarme mucho de la playa cuando me meto en el agua del mar. Sin embargo acompañada por Alfredo me atreví a alejarme con él y a permanecer bastante tiempo sumergida. ¡Y fue toda una experiencia! Para una persona del interior como yo es algo nuevo y alucinante. Ver el fondo marino, las algas, los peces...¡y tenerlos al alcance de la mano!. Bueno, al alcance no, ya que siempre que intentaba tocar alguno escapaban en un abrir y cerrar de ojos.

Subió sus dedos de nuevo hacia mi pecho, despacio, muy despacio. Era capaz de notar cómo los escalofríos hacían temblar mi cuerpo y aquello le divertía.Finalmente apoyó su mano en mi escote, por debajo del sujetador y muy suavemente los movió hacia el interior, buscando el contacto. Entonces mis piernas temblaron y me agarré a él aún con más fuerza.

Estuvimos chapoteando en el agua un buen rato. Lo cierto es que perdí la noción del tiempo, ya que estaba encantada de estar allí con él. Luis y Carolina hacía rato que estaban en la arena haciéndose carantoñas, así que teníamos la inmensidad del océano para Alfredo y para mí (bueno, siempre que no nos acercásemos mucho a la gente que se remojaba en la orilla).
Me fijé en mis dedos y estaban completamente arrugados. Creo que ya va siendo hora de salir, pensé. Alfredo se acercó a mí moviendo los pies y sonriendo.
- Deberíamos salir ¿no crees?- Le dije.
Entonces acercándose todavía más me besó.


13 noviembre 2007

La Dama (III)

Los dos niños entraron en el castillo. Alan cogió la espada de nuevo y tras examinarla se la devolvió a su amigo con una sonrisa.
- Esta noche tomarás sopa, te lo aseguro. - Le dijo, y se marchó por las escaleras que bajaban a la cocina.
Raúl se dirigió al salón, con un hueco en el estómago. Confiaba en que su padre al ver la espada limpia, se ablandase y le dejase probar un poco de tocino antes de irse a la cama. Pero sus ilusiones se diluyeron tan pronto como vió los ojos del viejo.

- Buenas noches , padre. - Dijo mirando al suelo.

El Conde tomó una copa con la mano y mientras la llenaba de vino lanzó una mirada a su hijo llena de desprecio.
- ¿Qué pretendes entrando aquí? ¿Acaso tienes hambre?
- Padre, ya he limpiado la espada...
-¿Qué has hecho qué?¿Piensas que puedes mentir a tu padre?¿Crees que no he visto al hijo del lacayo haciendo el trabajo por tí?.
Raúl cerró los puños.
- Alan sólo me indicó como hacerlo bien, Padre...
- ¿Como? ¿Es que no te lo he explicado cien veces?¿No me haces caso cuando te hablo?
- Intenté hacerlo como vos me decíais, Padre, pero no conseguía hacer brillar el metal.
El viejo se levantó de la silla. Su rostro comenzaba a enrrojecerse.
- ¿Quieres decir que un criado sin barba sabe mejor que yo cómo limpiar una espada? ¿Estas poniendo en duda mis conocimientos comparándome con un chiquillo?
- ¡Oh, no, Padre! - Gritó Raúl, temiendo por la suerte de su amigo. - Quiero decir que cuando me disteis las explicaciones no fui capaz de comprenderlas entonces. Alan simplemente me recordó paso a paso vuestras palabras.
- Eres un estúpido. -Escupió el Conde bebiendo de su copa y sentándose. - Eres tan burro como tu madre. ¡Por el amor del Santo Padre! Que ruin fui dejando que ella te criara como a una doncella. Pero eso se acabó. Te digo que haré de tí un hombre digno de llevar nuestro escudo o juro por el cielo que te mataré yo mismo.
Raúl notaba como las lágrimas asomaban en sus ojos. Cerró con más fuerza los puños, intentando reprimir el llanto.
- ¿Que haces ahí parado como una babosa? ¡Sal de mi vista!. Ya te enseñaré yo a tí a partir de mañana.

Raúl salió corriendo del salón. Subió las escaleras notando como las lágrimas le corrían por las mejillas y no paró de correr hasta llegar a su habitación.
Desde allí pudo oir gritar a su padre llamando al viejo Guillermo.
Se acostó en la cama e intentó dormir, pero el vacío en su estómago le dolía y era incapaz de conciliar el sueño. Además los gritos de su padre retumbaban por las paredes, y aunque no podía descifrar que era lo que estaba diciendo sabía muy bien que el viejo Guillermo estaba pasando un mal rato.
Cuando la luz de la luna comenzó a colarse a través de la ventana de su habitación el ambiente se calmó.

Raúl cerró los ojos y pensó en su madre. En el tiempo en que todavía vivía y lo feliz que se encontraba en sus brazos. Recordaba perfectamente las facciones de su cara, la suavidad de sus manos y aún podía escuchar su voz cuando le cantaba. Su madre le enseñó a leer en los libros antiguos de la biblioteca y a interpretar la música que se escondía en ellos. Todavía podía ver el gesto de desprecio de su padre hacia todas estas cosas y como intentaba imponer la opinión de que todo aquello no iba a servirle de nada. Sin embargo, no sabía cómo, su madre siempre acababa conciliándolo y el viejo permitía que las lecciones siguiesen.

Le llegó entonces la visión del rostro de ella consumido por la enfermedad, y volvió a sentir las caricias en su pelo que le daba desde su lecho de muerte. Entonces las lágrimas volvieron a brotar de sus ojos, esta vez con mucha más fuerza. Raúl no podía dejar de llorar, cuando de pronto sintió como alguien golpeaba su puerta.

- ¿Señor? ¿Estais despierto, señor?

El viejo Guillermo se encontraba al otro lado.

12 noviembre 2007

Un poco de mí

Me han enviado uno de esos test que van pasando por los blogs. Si alguien quiere también puede hacerlo y colgarlo en el suyo. Me encantaría leerlo y de este modo podremos conocernos un poco mejor.


Signo: Tauro
Color natural de pelo: Castaño
Color de ojos: Gris-oscuro-casi-negro (aunque a veces uso lentillas Guiño )
Número favorito: 15
Día favorito: Viernessss!!!
Estación del año: Verano
Deporte favorito: ¿para ver o para jugar?
Café o té: Café, con leche por favor.
Montaña o playa: ¿Y un bosque?
Sol o nieve: Mucho sol en la nieve

Tengo: 4 poemas dedicados
Deseo: ir a la Luna
Odio: las alcachofas
Tengo miedo a: que me abandonen
Lloro: con ¡Qué bello es Vivir!
Pierdo: mis pulseras
Necesito: a mis amig@s
Me duele: que griten muy alto

Tienes un diario?: Si
Te gusta cocinar?: Si, pero lo hago fatal
Tienes un secreto que no le hayas contado a nadie?: Muchos (jijiji)
Tienes el reloj en hora?: A ver...si!
Crees en el amor?: ¿En qué...?
Te gustan las tormentas?: Si, cuando están lejos...

¿Cual es...
...la persona más rara: yo misma, mismamente
...la persona más molesta:Bush
...la persona que mejor te conoce: Mi madre
...tu grupo favorito: Tengo varios...uhm...¿Robbie Williams?
...tu mayor deseo: Uf, también tengo varios...

En las últimas 24 horas has...:
...llorado?: No.
...ayudado a alguien?: No (que mal, ¿verdad?)
...comprado algo?: Si, unos chicles
...enfermado?: Uy,no!
...ido al cine?: No, pero esta noche voy seguro.
...salido a cenar?: No, nadie me ha invitado desconcertado
...dicho te amo?: ¡Ay, no!
...escrito una carta?: ¿vale un post?
...perdido a un novio?: ¿se pueden perder? ¿como las pulseras? Mueca
...hablado con alguien que hace tiempo no hablabas?: no.
...escrito en un periodico?: Hice un crucigrama (bueno, casi)
...abrazado a alguien?: si, a mi prima
...peleado con un pariente?: si, con mi prima (sólo discutimos...)
...peleado con un amigo?: mi prima es mi amiga.
...soñado despierta?: a todas horas

Alguna vez podrías...
....comer un gusano?: Así, sólo, sin sal?
...besar a alguien del mismo sexo?: si ¿hay algún problema?
...lanzarte en paracaídas?: Ni loca!!!!
...cantar en un karaoke?: Me lo han prohibido
...emborracharte?: ... Roll Eyes
...robar en una tienda?: si no hay nadie mirando....
...usar maquillaje en público?: si.

08 noviembre 2007

Imágenes que cambiaron el mundo (III)

Phan Thị Kim Phúc [1972]



Phan Thị Kim Phúc, conocida como Kim Phuc, es la niña desnuda que aparece en esta famosa foto de la guerra del Vietnam. La imágen nos muestra como un grupo de niños y soldados escapan del ataque aéreo al pueblo de Trang Bang, que la fuerzas aéreas de Vietnam acaban de sembrar de napalm.

El ejército de los Estados Unidos tenía sospechas de que el pueblo era un baluarte de las fuerzas del Viet Cong, así que junto a sus aliados del sur bombardearon el poblado el 8 de junio de 1972. Kim Phuc pudo sobrevivir gracias a que se quitó sus ropas ardientes. Sin embargo dos primos suyos, junto con otros habitantes del pueblo, murieron debido a las heridas. En una entrevista que se le realizó años más tarde pudo recordar que mientras le sacaban la foto estaba gritando "¡Está caliente, está caliente!".

La imágen dio la vuelta al mundo y se convirtió en una de las más recordadas del conflicto. El fotógrafo se llama Huynh Cong Ut (conocido como Nick Ut). Años más tarde recibiría el premio Pulitzer por esta fotografía.

Después de hacer la toma, Nick Ut llevó a Kim Phuc y a los otros niños a un hospital de Saigon, donde determinaron que sus quemaduras eran tan severas que no podría sobrevivir. Sin embargo, después de 14 meses ingresada y 17 intervenciones quirúrgicas volvió a casa. Ut siguió visitándola hasta la caída de Saigón, tres años después del bombardeo.

En su época de estudiante, Kim Phuc fue sacada de su universidad y usada como un símbolo anti-guerra por el gobierno vietnamita. En 1986 consiguió permiso para continuar sus estudios en Cuba, permiso que consiguió gracias a Pham Van Dong, el primer ministro del país, que se convirtió en su protector.

En Cuba conoció a Bui Huy Tuan y se casaron. Durante el vuelo de su viaje de novios, en 1992, aprovecharon un momento en que el avión estaba repostando carburante en Canadá y escaparon. Pidieron asilo político y actualmente viven en Ontario, donde han criado a sus dos hijos.

En 1997 fue nombrada Embajadora de Buena Voluntad por la UNESCO.

Esta imágen y otras también famosas contribuyeron a quebrar la paciencia de la opinión pública americana respecto a la guerra de Vietnam. Las manifestaciones y los gestos de desaprobación a la política militarista del gobierno en el país asiático acabaron por hacer abandonar al pentágono sus planes invasores, y trajeron al ejército de vuelta a casa.


Resultado 60.000 soldados americanos muertos y casi 4 millones de muertos vietnamitas.

¿Acaso Bush quiere volver a repetirlo?

07 noviembre 2007

El rol


El lunes por la noche, después de cenar quedé en mi casa con unos amigos de la facultad para jugar al rol.

Desde finales del curso pasado solemos quedar en ocasiones. A mí me encanta, aunque mis compañeras me miran como a un alien salido del cuerpo de un mutante.

- Pero nena.... ¿que haces jugando a esas frikadas?- me dice mi prima.
- ¿No es peligroso?. Oí que una vez mataron a un tío jugando a algo así.- Me dice Ana.
- Eso del rol...¿no es un juego de chicos?.- Me dice Sofía.

De nada sirve que intente convencerlas hablándoles de las grandes ventajas que tiene jugar al rol, como el desarrollo del cálculo mental, gran riqueza de vocabulario, crecimiento de la empatía y la tolerancia, potenciación de habilidades no explotadas y comprensión de aspectos no desarrollados de la personalidad. Ellas lo siguen viendo como algo extraño y oscuro.

Pues como iba diciendo, el lunes vinieron a casa Luis, Esteban, Ángel y Julián (si, su compañero de piso tan raro). No fue posible convencer a ninguna de mis amigas de la facultad, ya que tienen el mismo concepto del juego que mis compañeras (ellas se lo pierden).

Jugamos en la mesa del salón, ya que ahí tenemos más sitio. A esa hora Ana aún no había llegado y Mata y Sofía estaban en sus habitaciones. Cuando llevábamos una media hora jugando de pronto oímos un grito.
- ¡Marta! ¡Te he dicho que no uses mis cosas sin mi permiso!
- ¡Venga ya, Sofía! Sólo he cogido un poco de maquillaje.
- ¿Un poco? ¡Has acabado con mi sombra de ojos!
- Pues te he hecho un favor, era horrible.
- ¿Aun por encima? ¡Ven aquí que te vas a enterar!
Y comenzamos a escuchar risas y portazos. Todos en la mesa empezamos a sonreir, excepto Julián, que tenía los dados y seguía concentrado en el juego.

De pronto se abrió la puerta del salón y aparecieron corriendo Sofía y mi prima. Fue todo un cuadro, mi prima sólo llevaba puestas las bragas y una camiseta vieja, y Sofía iba en bragas y sujetador. Cuando se giraron y nos vieron sentados en la mesa lanzaron un grito y escaparon de nuevo a sus habitaciones, cerrando con un portazo que hizo temblar la casa.
A mi prima le dio tiempo a decirme:
- ¡Me cago en tu padre Verónica! ¿Por qué no avisas de que hay gente?

Mis amigos se quedaron helados. Luis y Esteban miraban hacia la puerta del salón, con expectación a ver si se repetía la escenita. Ángel estaba rojo como un tomate y Julián todavía no había terminado de asimilar lo que había ocurrido. Su mano todavía estaba levantada sujetando los dados.

Me parece que estuvieron así durante un par de minutos.

- Bueeeeno...- Dije yo.- ¿a quien le tocaba ahora?