16 abril 2007

El Primer Beso (I)


Esta mañana me siento un poco cursi y ñoña y por eso voy a escribiros sobre mi conversación de anoche.

Ayer en el piso salió el tema de los novios. Ya os he comentado que Ana lleva cinco años con Pedro (¡qué barbaridad!) y Marta sigue tonteando con Martín (después de las burradas que le dijo estuvo quince días pidiéndole disculpas hasta conseguir que mi prima le diese otra oportunidad). Y ahora hasta Sofía ha empezado a salir con un antiguo amigo de su pueblo. Total que ya podeis imaginaros la situación; después de cenar las tres me sonrieron como bobas e intentaron sonsacarme información: que si me gusta alguien, que si tengo algún rollete por ahí, que si ese chico de mi facultad está muy bueno y hace buena pareja conmigo... En vista de que transcurrida media hora yo no soltaba prenda la conversación derivó hacia cuando tuvimos nuestro primer beso y la experiencia de cada una.

Me he emocionado un poquito al pensar en la primera vez que me besaron, y digo me besaron porque fue algo que yo no esperaba. Dicen que el primer beso es algo que te queda grabado para el resto de tu vida y en mi caso es así.

Cuando estaba en tercero mi instituto hizo una excursión de unos días a Port Aventura. Teóricamente era sólo para los alumnos del curso, pero al final se coló también gente de cuarto. Entre ellos estaba Jaime, un chico muy interesante en el que yo me había fijado hace tiempo y con el que nunca había hablado. Eso me puso muy contenta porque ya empecé a hacerme ilusiones de lo estupendo que iba a ser pasar unos días sin padres cerca de un tío que estaba tan bueno.

Sin embargo en seguida me llevé el primer corte. Jaime estaba saliendo con una tía de mi curso, así que parecía que no iba a tener muchas oportunidades en aquel viaje. Decidí olvidar el tema y el primer día disfruté como una loca en el Dragon Khan, junto con Carolina que era mi compañera de habitación (estábamos con otras dos chicas más).

Esa noche los profesores no se atrevieron a dejarnos salir del hotel, así que la pasamos en la discoteca del recinto. Allí pude ver a Jaime apechugadito con su novieta, y no pude evitar sentir una punzada de celos, pero en seguida me distraje calmando a Carolina, que se bebió demasiados cubatas y le había dado la llorera.

Al día siguiente fuimos al parque acuático. Como Carolina tenía un resacón de no-me-hables-que-te-estampo-contra-la-pared preferimos dejarla durmiendo en la habitación. Al llegar al parque nos dimos cuenta de que Carolina no era la única que bebió demasiado la noche anterior. Allí sólo estábamos unos diez de los ochenta que fuimos a la excursión. Es posible que fuese demasiado temprano, pero que rara es la gente; en vez de aprovechar al máximo el día prefieren dormir. Adivinad quén era uno de los que sí se había levantado...¡Jaime! ¡Y sin su novia!. Recuerdo que llevaba unas bermudas negras que le quedaban muy bien en ese pedazo de cuerpo fibroso (yum, yum).

Como eramos tan pocos decidimos quedarnos todos juntos. Fue genial. Estuve a lado de Jaime toda la mañana, y nos tiramos varias veces juntos por los toboganes. ¿Conoceis esa sensación de deslizarse a toda velocidad cuando alguien te abraza por detrás? Es maravillosa.

- ¡Que raro, Verónica! Estamos juntos en el mismo instituto y hasta ahora nunca había hablado contigo. - Me dijo
- Pues ahora ya sabes lo que te perdías. - Le respondí, coqueta.
- Sí. Si me hubiese atrevido antes... - Y no terminó la frase. Y una pena, porque me moría de ganas de saber qué estaba pensando.

Sí, ya lo sé. Él tenía novia, que estaba en el hotel, y yo allí, poniéndole caritas. No es algo para sentirse muy orgullosa, pero ¡qué diablos! Por jugar un poco no hacía daño a nadie ¿no es cierto? O eso pensaba.

Al mediodía volvimos al hotel. Carolina ya se había despertado y se moría de ganas de ir al parque acuático. A mí me apetecía mucho más ir a la playa pero como la chiquilla si se quedaba sóla lo iba a pasar mal tuve que acompañarla y volver a los toboganes. Así que no ví a Jaime hasta la noche.

Por fín los profesores decidieron dejarnos salir. A muy poca distancia del hotel estaba Salou y allá fuimos toda la tropa. Yo estaba con Carolina y nuestras compañeras de habitación. Recuerdo que había muchos ingleses y alemanes e íbamos todas requetemonísimas (aunque a mí esa noche no me interesaba un guiri, precisamente).

En el primer pub que entramos estaba la novia de Jaime con sus amigas. Cuando ella levantó la vista hacia nosotras me dirigió una mirada de odio asesino que todavía me asusta hoy al recordarla. Una de las de su grupo se acercó hacia nosotras y me dijo que era mejor que me marchara. Que por mi culpa Jaime y ella habían discutido esa tarde y que no era un buen momento para estar juntas en el mismo local.

- ¡Oye, pero si yo no hice nada! - Le dije.
- No lo sé. - Respondió - Y tampoco me importa. Lo único que sé es que a ella sólo le apetece partirte la cara y creo que es mejor evitarlo.

Carolina me agarró del brazo y tiró de mí hacia la puerta.
- Vámonos, Vero. Pasa de esa gilipollas.

Cuando salimos a la calle yo estaba alucinando. ¿A qué venía todo aquello?. Luisa, una de mis amigas, se encargó de ponerme al día.

- Es que esta mañana os vieron a tí y a su novio tirándoos juntos por los toboganes y se lo dijeron a ella. La tía es muy celosa y le montó una buena bronca. Estuvieron discutiendo en la playa y me parece que al final han cortado.

- La típica historia de siempre. - Dijo Carolina. - La muy estúpida no tiene ni idea de lo cabrón que es Jaime y la de veces que le puso los cuernos, y para una vez que realmente no ha pasado nada va la tía y le monta un pollo.

Preferí no volver a hablar del asunto. Estaba indignada con la reacción violenta de la niña, pero me dolió mucho más enterarme por Carolina de las costumbres de él.


(Buff, menudo rollo os estoy contando jijiji. De momento lo voy a dejar aquí, que me tengo que ir. Próximamente colgaré la segunda parte)

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Te he agregado a mis favoritos, no recuerdo como llegue a tí, pero me gustan tus historias y como escribes.

Ah sí... a través del post de Mika

No puedes dejar una historia sin terminar, me tienes intrigado...

Nox dijo...

Buena escritora,atrevida, mas bonita que la chica que sale de modelo en las fotos de tus anteriores post(eso me dijiste), vaya que eres realmente interesante, ¿todas las chavas de Madrid son similares a ti?, espero el desenlaze de tu historia, seguro se pone mas interesante.

Por cierto me encanto el video que pusiste en tu anterior post.

orion_rigel dijo...

Je je je, te crecen los admiradores ¿eh, damita?

Pronto la segunda parte, que me tienes en ascuas.

Anónimo dijo...

Po favo...po favo!! Cómo termina?? (Yo cuando sea mayor quiero ser como tú, con tantos admiradores) ;-)

naidleim dijo...

Claudio, encantada de que me escribas. Espero seguir leyendo tus comentarios.

Todas las chavas de Madrid, y las de Barcelona, y las de Santiago, y las de Sevilla...¡y las de toda España! Vente pa'ca, mexicanito, que ya verás como disfrutas. ;)

Orion. Si, jijiji, la verdad es que estoy encantada.

Maruxa. Y yo quiero ser como tú, con toda tu cultura musical.

Besitos a tod@s